Título: Lecciones de la insurrección egipcia: comunización, estrategia y solidaridad
Autor/a: Build The Party
Fecha: 1ª semana de febrero de 2013
Fuente: Recuperado el 3 de marzo de 2013 desde columnanegra.net
Notas: Texto originalmente publicado en umfnyc.wordpress.com durante la última semana de enero de 2013. Traducido por Columnanegra.net

Durante la última semana Egipto ha visto una rápida proliferación de violencia insurreccional, que comenzó el 25 de enero con el segundo aniversario de la caída de Mubarak, intensificándose con las sentencias de muerte dictadas a los 21 Al-Masry ultras de Puerto Said y la subsecuente declaración de un estado de emergencia el 27 de enero en provincias a lo largo del Canal de Suez. Alejandría, Puerto Said, Suez, Ismaili y Cairo han visto extensos enfrentamientos y el rechazo a todos los toques de queda, con Puerto Said separándose efectivamente y líderes militares alertando de un colapso estatal. Dentro de esta situación, una fuerza explícitamente revolucionaria se ha anunciado, llamándose Black Blocairo, Black Block Egipto, o simplemente Black Bloc, apuntando más allá del uso de la máscara negra y la violencia como una táctica, hacia una posición más organizada y explícitamente insurreccional en el Norte de África; aprendiendo de los años de revuelta y negándose a dejarla, ellos están empujando las cosas adelante cuando otros hubieran escogido rendirse.

Mientras las fuerzas de seguridad han perdido el control de las calles en algunas ciudades, su ausencia no genera una revolución, y en paralelo el estado propiamente puede que no esté en el control, pero esto no significa que ese gobierno –en oposición a el gobierno- no funcione. Una revolución tiene que abolir todo, tanto a través de la insurrección como a través de la comunización.

Medidas Comunistas

¿Cómo hacemos que viva? Esta es la pregunta más poderosa planteada por una insurrección y ciertamente aquella menos pensada. Muchos de nosotros hoy carecen de experiencia mientras muchos otros están sólo preocupados en lo inmediato, pensando como peones y no como estrategas. Necesitamos preguntarnos ahora qué tipo de medidas comunistas serían necesarias para hacer de una insurrección una revolución; que las revueltas griegas del 2008 y el huracán Sandy son igualmente instructivos no debería ser una sorpresa.

Uno necesita sólo imaginar el territorio potencial de vivir, de respirar una revolución. Barricadas, edificios ocupados, coches policiales volcados, expropiación de almacenes, supermercados y tierra; la toma de los medios de comunicación y destrucción de aquellos de nuestros enemigos; construcción de clínicas de salud y abastecimiento autónomo de energía; la movilización de miles para un millón de tareas; la cuestión de las armas, irreducible a operaciones militares. El curso de la insurrección egipcia nos da una visión de esto, que debemos guardar pero también ayudar a hacer real en todas partes.

Para todos aquellos que intentan influenciar el curso de los acontecimientos futuros, actuar de forma decisiva en la historia, ahí está la realización del comunismo ahora y también la aprehensión de la ciudad y sus flujos. Así, la previsión y el conocimiento estratégico de hacia dónde ir, conocer donde están las instalaciones de almacenamiento de alimento en la ciudad y cuáles son las líneas claves¡ de aprovisionamiento. Saber la respuesta a los problemas de la expropiación: ¿queremos usar esto?, ¿tomarlo?, quemarlo? ¿Se profundizará la insurrección, construiremos nuestra fuerza e incrementaremos nuestras habilidades?

El gobierno es algo a deshacer al nivel de la vida cotidiana, y sólo medidas comunistas pueden hacer eso. Pero el punto es no responder la cuestión de las necesidades desde la perspectiva de los insumos y productos, sino más bien a tejer estos juntos en un territorio insurgente feroz, la cuestión de los alimentos es inseparable de la elaboración de nuestra relación con el mundo. Muchos de nosotros saben cómo moverse entre las llamas, pero el punto es además como conectar y sostener estas cosas.

La gente de Bougainville ha lidiado con esto en su rebelión, comunizando armas, saberes tradicionales y tecnología casera, rechazando con éxito los esfuerzos de militares y multinacionales por décadas.

Solidaridad significa mucho más que ataque

La insurrección egipcia resuena en nosotros, preguntándonos: ¿qué significa estar organizado globalmente? Tender lazos de solidaridad y apoyo al partido de la insurrección en Egipto es crítico, ya sea organizando una #AnonOp para obstaculizar las comunicaciones policiales y militares en Egipto, quebrando y paralizando flujos de mercancías por tierra y mar, o encontrando un camino para proveer abastecimiento crítico. Una revolución simplemente no puede sobrevivir sola, especialmente con un millar de otras fuerzas tratando de sofocarla como los partidos izquierdistas que quieren hacer su camino como gusanos hacia el poder, los Islamistas que esperan ganar influencia con la militarización de la lucha como en Siria, o los generales esperando para masacrar a todos.

Es sólo cuando estamos organizados, y organizados a escala global, que podemos reunir la fuerza necesaria para derrotar a nuestros enemigos y al gobierno en su conjunto. Por lo tanto está la construcción del partido en todas partes, construyendo la práctica del comunismo en densos niveles locales y regionales, en coordinación y cruzando todas las fronteras. Está la puesta en común de máquinas, espacios, financiamiento; la circulación de cuerpos, experiencias y sueños; la proliferación de bloqueos, revueltas y ocupaciones, la plantación de semillas y la quema de edificios, la guerra a ser librada y el espíritu que la anima; la construcción de un proceso insurreccional desde el suelo

Por sobre todo camaradas, no teman, adelante.